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Mantener sana la dentadura de su hijo

¿Para cuándo debería programar la primera visita de mi hijo al dentista? ¿Debería usar hilo dental mi hijo de solo tres años? ¿Cómo puedo saber si mi hijo necesita llevar un aparato de ortodoncia?

Muchos padres enfrentan dificultades cuando intentan saber cuánto cuidado dental necesitan recibir sus hijos. Saben que quieren prevenir la caries, pero no siempre saben cuál es la mejor manera de lograrlo. He aquí algunos consejos y recomendaciones.

¿Cuándo deberían comenzar a cepillarse los dientes los niños?

El buen cuidado dental empieza antes de que salgan los primeros dientes de leche. Que usted no pueda ver los dientes de su bebé no significa que no estén allí. De hecho, los dientes ya se empiezan a formar en el segundo trimestre del embarazo. Cuando nace, un bebé ya tiene 20 dientes de leche, algunos de los cuales están completamente desarrollados dentro de su mandíbula.

He aquí cuándo y cómo cuidar de esas pequeñas piezas dentales:

  • Incluso antes de que a su bebé le empiecen a salir los dientes, pásele un pañito húmedo o una toallita húmeda por las encías para eliminar cualquier bacteria nociva.
  • En cuanto le empiecen a salir los dientes a su bebé, cepílleselos con un cepillo de dientes para lactantes. Utilice agua y una pequeña cantidad de pasta de dientes con flúor (la cantidad aproximada de un grano de arroz). Utilice una pasta de dientes con flúor que lleve el sello de aceptación de la Asociación Dental Americana (ADA, por sus siglas en inglés). (Si usa una pasta de dientes para lactantes que no contenga flúor, use también una cantidad reducida porque sigue siendo importante minimizar la cantidad de pasta que traga su bebé).
  • En cuanto los dientes del bebé se toquen entre sí, podrá empezar a utilizar hilo dental para pasarlo entre dientes adyacentes.
  • Alrededor de los dos años, su hijo debería aprender a escupir mientras se cepilla los dientes. Evite darle agua a su hijo para que se enjuague y escupa porque eso puede facilitar que trague pasta de dientes.
  • Los niños de tres años de edad solo deben utilizar una cantidad de pasta con flúor del tamaño de un guisante.
  • Siempre supervise a los niños menores de 8 años cuando se estén cepillando, ya que es más probable que traguen pasta dentífrica.

Hasta los bebés pueden desarrollar caries dentales si no siguen buenos hábitos alimentarios. Dejar que el bebé se quede dormido succionando de la tetina del biberón puede ser cómodo, pero también puede dañar su dentadura. Cuando los azúcares del jugo o de la leche quedan adheridos a los dientes del bebé durante horas, pueden corroer su esmalte dental y provocar una afección conocida como boca del biberón, caries del biberón o caries del lactante. Los incisivos picados, llenos de hoyuelos o manchados son signos de esta afección. En los casos más graves, se forman caries importantes que pueden hacer necesario extraer todos los incisivos de leche (los dientes permanentes crecerán más tarde).

Los padres y otras personas que cuidan del bebé deben establecer momentos específicos para tomar el biberón cada día, porque pasarse todo el día succionando de un biberón puede ser igual de perjudicial para la dentadura. Es conveniente que los bebés de tan sólo 6 meses cambien el biberón por un vasito para bebé (con un sorbete o una boquilla). A los 12 meses de edad, ellos tendrán las habilidades motrices y de coordinación necesarias para usar un vaso por sí solos.

¿Cuándo deberían visitar a un dentista los niños?

La Asociación Dental Americana recomienda empezar a llevar a los niños al dentista alrededor de su primer cumpleaños. En la primera visita, el dentista le explicará las técnicas adecuadas para cepillarle los dientes y para utilizar el hilo dental con su bebé mientras él esté sentado en su regazo.

Estas visitas pueden ayudar a detectar problemas tempranos y ayudan a que los niños se acostumbren a visitar al dentista, de manera que le vayan perdiendo el miedo a medida que crecen. Considere la posibilidad de llevar a su hijo a un dentista especializado en tratar a niños (o dentista pediátrico). Los dentistas pediátricos están preparados para atender la gran variedad de problemas relacionados con la salud dental de los niños. También saben cuándo deben enviar a un paciente a un tipo distinto de especialista, como un ortodoncista para corregir una sobremordida o un cirujano maxilofacial para corregir una mandíbula mal alineada.

Si parece que un niño corre el riesgo de desarrollar caries u otros problemas dentales, el dentista tal vez comience a aplicarle flúor en forma de colutorio o enjuague incluso antes de que le salgan todos los dientes de leche (esto también se puede hacer en la consulta del médico). El flúor endurece el esmalte dental y ayuda a prevenir el problema dental más frecuente en la infancia: la caries dental.

¿Cómo podemos prevenir la caries?

La caries dental ocurre cuando las bacterias y los restos de alimentos que quedan en los dientes después de comer no se eliminan mediante el cepillado. Los ácidos se acumulan en los dientes y ablandan su esmalte hasta que se forman agujeros o cavidades.

He aquí cómo evitar la caries:

  • Iniciar pronto los buenos hábitos para el cuidado de la boca. Enséñele a su hijo a cepillarse los dientes por lo menos dos veces al día con una pasta de dientes que contenga flúor y a pasarse el hilo dental con regularidad.
  • Recibir suficiente flúor. El uso regular de flúor refuerza el esmalte dental, lo que dificulta que penetren los ácidos que provocan la caries. Aunque en muchas localidades se exige que el agua corriente contenga flúor, hay otras donde no existe esta exigencia. Si el agua corriente de su localidad no contiene flúor o si su familia utiliza agua purificada, pídale a su dentista que le recete suplementos de flúor. La mayoría de las pastas de dientes contienen flúor, pero limitarse a utilizar pasta de dientes no basta para proteger por completo la dentadura de su hijo. De todos modos, tenga cuidado, porque un exceso de flúor puede provocar cambios de color y manchas en los dientes. Consulte con su dentista antes de utilizar suplementos de flúor.
  • Limitar o evitar ciertos alimentos. Los alimentos azucarados, los jugos y las golosinas (sobre todo las golosinas pegajosas y en forma de goma de mascar, las vitaminas gomosas o la pulpa de la fruta deshidratada y azucarada) pueden erosionar el esmalte dental y causar caries. Si su hijo ingiere estos alimentos, haga que se enjuague bien la boca o que se cepille los dientes después de comerlos para eliminar el azúcar de sus dientes. Ocurre lo mismo cuando se toman líquidos o medicamentos endulzados: haga siempre que su hijo se enjuague la boca o se cepille los dientes después de ingerirlos.

A medida que le vayan creciendo los dientes permanentes a su hijo, el dentista puede ayudar a prevenir la caries aplicando una fina capa de resina (conocida como sellador dental o barniz dental) sobre los molares, donde se produce la mayor parte de la masticación. Esta capa protectora impide que las bacterias se introduzcan en las grietas de difícil acceso de las muelas. Asegúrese de que los niños sepan que los selladores no reemplazan a un buen cepillado de dientes y el uso regular de un hilo dental.

¿Qué problemas dentales pueden aparecer?

Si usted es proclive a tener caries o problemas en las encías, lo más probable es que su hijo también lo sea. Por lo tanto, a veces ni los mejores hábitos de cepillado o de uso del hilo dental previenen la aparición de una caries. Asegúrese de llamar al dentista si su hijo se queja de dolor de dientes o de muelas, que podría ser un signo de una caries que necesita tratamiento.

Los nuevos materiales con los que trabajan los dentistas pediátricos les ofrecen más opciones que nunca para hacer empastes y reparar la dentadura. Anteriormente, se utilizaba un material de color plateado llamado “amalgama” (una mezcla especial de metales) para la mayoría de los empastes de dientes permanentes. Pero ahora, se están utilizando mucho más otros materiales, como las resinas compuestas. Estas resinas se adhieren a los dientes de forma que el empaste no se pueda saltar y también se pueden utilizar para reconstruir dientes dañados por lesiones o afecciones como el paladar hendido. Como las resinas suelen ser del color de los dientes, son estéticamente más atractivas.

Pero, en casos de fractura, importante deterioro dental o malformaciones en los dientes de leche, los dentistas suelen optar por coronas de acero inoxidable o de cerámica. Las coronas permiten conservar los dientes al tiempo que impiden que se extienda la caries.

En algunos casos excepcionales, generalmente cuando se debe realizar un procedimiento dental más complicado, el dentista recomendará utilizar anestesia general. Los padres se deben asegurar de que el profesional que administre la anestesia sea un anestesista o un cirujano maxilofacial bien preparado antes de dar el visto bueno para el procedimiento. No tema hacerle preguntas al dentista de su hijo.

El hecho de llevar a su hijo al dentista con regularidad y de acostumbrarlo a los buenos hábitos de higiene dental pueden prevenir estos tipos de procedimientos dentales complicados. Asimismo, anime a su hijo a utilizar un protector bucal cuando haga deporte, lo que le ayudará a prevenir lesiones en la dentadura.

¿Qué es la ortodoncia?

A medida que los niños van creciendo, su forma de morder y la alineación de su dentadura se pueden convertir en un problema. Hoy en día, los tratamientos de ortodoncia comienzan antes de lo que se acostumbraba, y los aparatos también han cambiado. Los antiguos aparatos embarazosos (una boca llena de cables y aparatos de metal) ya son parte del pasado. Actualmente, niños de tan sólo 7 años, pueden llevar aparatos correctivos, de materiales modernos y eficaces (a veces transparentes) que han reemplazado a los de metal.

Los ortodoncistas saben que la manipulación de dientes a temprana edad puede resultar más fácil y más eficaz a largo plazo. En niños menores, los dientes se pueden reubicar con aparatos de ortodoncia relativamente pequeños, lo que permite evitar un tratamiento mayor más adelante.

De cara al futuro

A medida que su hijo crezca, programe visitas regulares al dentista, entre cada tres meses y una vez al año, en función de lo que le recomiende su dentista. Controlar la ingesta de alimentos azucarados, incentivar el cepillado y el uso del hilo dental de forma regular, así como colaborar con las pautas que le brinda el dentista contribuirán a una buena salud dental.