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Controlar el asma

¿Cómo puedo mantener el asma de mi hijo bajo control?

La mayoría de los niños con asma pueden controlar sus síntomas; a veces, se logra hacerlo tan bien que los ataques son inusuales. Pero aprender acerca del asma (qué tratamientos utilizar y cuándo, qué desencadenantes evitar y cuándo) puede ser la parte más complicada del cuidado del asma.

No se desanime. Aprenda todo lo posible, hable con otras personas que viven con asma, lea acerca del asma y converse sobre todas sus preocupaciones con el médico de su hijo.

Una vez que usted y su familia se acostumbren a afrontar el asma, se convertirá en una parte normal de su rutina. Estos consejos pueden orientarlo. 

  • Cuente con un plan y respételo. Su hijo debe tener un plan de acción contra el asma. Estas instrucciones escritas del médico dan indicaciones claras y paso a paso sobre qué medicamentos tomar y cuándo, cómo evitar los desencadenantes, qué hacer entre un ataque y otro, y cómo reconocerlos y controlarlos cuando aparecen. Si sigue este plan, aprenderá a cuidar a su hijo y cuándo llamar al pediatra para pedirle ayuda.
  • Dele los medicamentos tal como se los recetaron. La mayoría de los niños con asma necesitan tomar medicamentos. Algunos, son medicamentos que se toman todos los días (llamados “medicamentos de control a largo plazo“) para ayudar a evitar la irritación de las vías aéreas. Otros se utilizan solo durante un ataque para ayudar a abrir las vías respiratorias (medicamentos de alivio rápido). La mayoría de los medicamentos se deben administrar con un nebulizador o un inhalador para ayudar a que el medicamento llegue a los pulmones. A veces, el medicamento se administra como una píldora o un líquido. El médico le indicará qué medicamentos necesita su hijo y cómo debe tomarlos.
  • Identifique y evite los desencadenantes. Los desencadenantes son las cosas que pueden afectar las vías aéreas y provocar un ataque de asma. Los desencadenantes comunes son alérgenos como el polen, el moho, los cambios climáticos y las infecciones (como el resfriado común). Descubrir cuáles son los desencadenantes de su hijo tal vez requiera de algo de trabajo de detective, pero vale la pena el esfuerzo. Los médicos también pueden ayudar; por ejemplo, haciendo análisis de alergias si usted cree que eso es lo que está empeorando el asma. Cuando sepa cuáles son los desencadenantes de su hijo, ayúdelo a evitarlos en la medida de lo posible.
  • Asegúrese de que su hijo reciba la vacuna contra la gripe todos los años. Se recomienda que todos los niños reciban la vacuna contra la gripe, en especial los que tienen asma. Si los niños con asma tienen gripe, corren el riesgo de sufrir ataques y de desarrollar una enfermedad más grave.
  • Utilice herramientas cuando sea necesario. Una manera de ayudar a predecir si su hijo está por tener un ataque de asma es usar herramientas para el asma, como un diario del asma y un medidor de flujo máximo. El diario lo ayudará a hacer un seguimiento de los síntomas de asma de su hijo (cuándo ocurren), de su necesidad de medicamentos y más. Esto puede ayudarlo a conocer las señales de advertencia iniciales de su hijo y puede ayudar al médico de su hijo a ver cómo está funcionando el tratamiento.

    El medidor de flujo máximo es una herramienta de mano que mide cuán bien su hijo puede expulsar aire de los pulmones. Permite determinar si las vías aéreas se están estrechando y bloqueando, y si su hijo está en riesgo de sufrir un ataque.

  • Conozca las señales de un ataque. Una vez que su hijo haya tenido algunos ataques, es posible que comience a notar cuándo está por ocurrir uno. Las señales de advertencia iniciales pueden ayudar a detectar un ataque horas o incluso días antes de que aparezcan los síntomas evidentes (como resuello o tos). Los niños pueden presentar cambios en su aspecto, su estado de ánimo o su respiración, o tal vez se quejen porque se sienten “extraños”. Asegúrese de conocer las señales de su hijo y de estar preparado para ajustar sus medicamentos o dárselos según sea necesario. Sepa qué hacer si tiene un ataque grave.
  • Sepa en qué momento los síntomas de su hijo requieren atención médica o un viaje a la sala de emergencias (ER). Tenga siempre a mano los medicamentos de alivio rápido por si su hijo los necesita; todas las personas que cuidan de su hijo (como los maestros y los entrenadores) también deben saber cómo y cuándo darle los medicamentos.