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Ototoxicidad (toxidad auditiva)

¿Qué es la ototoxicidad?

Cuando una persona tiene ototoxicidad, desarrolla problemas de equilibrio o de audición debido a un medicamento. Esto puede ocurrir cuando una persona recibe dosis elevadas de un fármaco para el tratamiento del cáncer, una infección u otras enfermedades.

Cuando los médicos detectan la ototoxicidad a tiempo, pueden evitar que empeore. También pueden ayudar a los niños a recibir los tratamientos y terapias adecuados para manejar los problemas que la afección puede causar.

¿Qué ocurre en la ototoxicidad?

La ototoxicidad provoca daños en el oído interno. Esta parte del oído recibe y envía sonidos, además de controlar el equilibrio. El grado de daño que se sufre depende de lo siguiente:

  • el tipo de medicamento que la provocó
  • la cantidad de medicamento que recibió el niño
  • el tiempo durante el cual el niño tomó el medicamento

¿Cuáles son los signos y los síntomas de la ototoxicidad?

Los síntomas de ototoxicidad pueden presentarse repentinamente o aparecer con el tiempo.

Los niños afectados por ototoxicidad tal vez presenten lo siguiente:

  • ningún problema
  • una pérdida mínima de la audición, pero sin notar un problema
  • un zumbido en los oídos (tinnitus). Esto también puede causar sonidos extraños, como pitidos, rumores o rugidos.
  • problemas graves con el equilibrio
  • problemas de audición, generalmente en ambos oídos (recibe el nombre de pérdida de la audición bilateral). Es posible que tengan problemas para escuchar ciertas cosas, desde sonidos agudos hasta voces cuando hay ruido de fondo.
  • profunda pérdida de la audición (sordera)

Los signos de problemas de audición incluyen los siguientes:

  • problemas con el habla, habla limitada o incapacidad de hablar
  • no prestar atención
  • problemas en la escuela o dificultades de aprendizaje
  • subir el volumen del televisor o la música
  • no responder según lo esperado ante una conversación o ruidos leves. Los bebés y niños que aún no hablan, no reaccionan ni giran la cabeza al escuchar un sonido fuerte.
  • cansarse más rápido o con más frecuencia después de estar muchas horas escuchando (por ejemplo, después de la escuela)

Los signos de problemas de equilibrio incluyen los siguientes:

  • caerse mucho
  • una sensación de inestabilidad que hace que resulte difícil ponerse de pie, caminar o subir escaleras sin caerse
  • caminar con las piernas muy separadas
  • no poder caminar sin tambalearse
  • dificultad para caminar en la oscuridad

Los niños con problemas de equilibrio y de la vista tal vez:

  • tengan muchos dolores de cabeza 
  • se sientan mareados o desorientados
  • tengan dificultad para leer (por ejemplo, necesitan un tiempo para adaptar la vista cuando pasan de leer un libro a leer algo a distancia)

También puede haber náuseas, vómitos y diarrea, y cambios en la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

En los casos más graves, la vista puede resultar afectada. Es posible que los niños vean imágenes que se muevan o se vean borrosas cada vez que muevan la cabeza. Esto recibe el nombre de oscilopsia.

¿Cómo se diagnostica la ototoxicidad?

No hay ninguna forma de comprobar si un medicamento provocó ototoxicidad. Cuando un niño presenta signos de un problema, es posible que el médico ordene pruebas de audición y equilibrio. Con frecuencia, envían a los niños a un audiólogo u otorrinolaringólogo (especialista en oídos, nariz y garganta) para que les hagan pruebas.

Entre estas pruebas, se incluyen las siguientes:

Pruebas de audición conductual. En estas pruebas, se observa la respuesta de un niño a sonidos como tonos puros y habla calibrada. Los tonos puros son frecuencias de sonido diferentes. Estas pruebas permiten determinar los umbrales de audición de varios sonidos.

Prueba de respuesta auditiva del tronco encefálico (RATE). Se colocan pequeños audífonos en el canal auditivo y electrodos (pequeños autoadhesivos) en el cuero cabelludo y detrás de las orejas. Los electrodos miden la respuesta del nervio auditivo (audición) y otros centros de audición importantes del tronco encefálico.

Prueba de emisiones otoacústicas. Se coloca una pequeña sonda en el canal auditivo y se introducen muchos sonidos pulsantes. Se registra un “eco” de las células del oído interno. Si los valores son normales, significa que el oído interno amplifica correctamente los sonidos. Esta prueba, junto con la RATE, se suele hacer en recién nacidos, bebés y niños pequeños.

Electronistagmografía. En esta prueba se controla el equilibrio. Por medio de una computadora, se registran los movimientos involuntarios de los ojos mientras el niño mira una imagen en movimiento o mueve la cabeza hacia arriba y hacia abajo, o después de colocarle una inyección de agua fría o caliente en el canal auditivo.

Posturografía. Esta prueba mide el equilibrio de un niño mientras está de pie sobre una plataforma estable o inestable.

Cuestionarios de equilibrio. Los niños con edad suficiente para describir un problema médico pueden anotar el nivel de mareo que sufren a lo largo del día mientras realizan diferentes actividades.

¿Cómo se trata la ototoxicidad?

Se continúan realizando investigaciones para encontrar maneras de prevenir la ototoxicidad o reparar el daño que esta puede causar. Hasta el momento, no existe una forma segura de revertirla.

La buena noticia es que, a veces, el oído solo necesita tiempo para curarse. Y algunos niños tal vez no tengan más problemas de equilibrio o de audición si dejan de tomar el medicamento que está causando sus síntomas.

A veces, los médicos cambian la dosis o el medicamento. Pero no siempre es posible hacerlo. Algunos fármacos son fundamentales para combatir una infección o una enfermedad.

Cuando no sea posible usar otro fármaco o reducir la dosis, puede ser útil hacer terapia auditiva y aprender a leer los labios.

¿Qué puede ayudar con la pérdida de la audición?

Los niños con daños graves en el oído interno tal vez necesiten un dispositivo amplificador, un audífono o un implante coclear:

  • Los dispositivos amplificadores, denominados sistema FM, pueden ayudar a reducir los ruidos de fondo. Algunos salones de clase cuentan con sistemas FM para que sea más fácil escuchar en entornos con mucho ruido o varias personas. También se los puede instalar para uso personal o en el hogar. Los niños mayores pueden favorecerse con el uso de otros dispositivos.
  • Los audífonos pueden colocarse dentro o detrás del oído y amplificar los sonidos. Estos dispositivos deben ser ajustados por un audiólogo para que el sonido se amplifique lo suficiente como para que el niño pueda escuchar bien. A veces, la pérdida de la audición es tan grave que los dispositivos de asistencia más potentes no logran amplificar el sonido lo suficiente.

En estos casos, es posible que el médico recomiende un implante coclear:

  • Los implantes cocleares son dispositivos implantados quirúrgicamente. Evitan el oído interno y envían señales de manera directa al nervio auditivo. Las ondas de sonido son captadas con un pequeño micrófono que se coloca detrás del oído y son enviadas a un receptor colocado debajo del cuero cabelludo. El receptor envía impulsos al nervio auditivo. Estas señales se detectan como sonidos y permiten que la persona escuche.

Los niños con problemas de equilibrio recibirán terapia del equilibrio o rehabilitación vestibular. Trabajarán con un fisioterapeuta o un terapeuta vestibular (una persona capacitada en el tratamiento de los problemas de equilibrio). La terapia tal vez incluya ejercicios para favorecer el equilibrio y la coordinación. Entre estos ejercicios se pueden encontrar los siguientes:

  • inclinarse
  • ponerse de pie o caminar con los ojos abiertos y los ojos cerrados
  • permitir que el terapeuta coloque la cabeza del niño en diferentes ángulos para sacar el líquido de ciertas partes del oído

¿Cómo pueden ayudar los padres?

Los problemas causados por la ototoxicidad no siempre son fáciles de detectar. Los niños con una pérdida mínima de la audición tal vez tengan síntomas que no parezcan tan importantes como para informar a los padres o al médico. Algunos de ellos no notan nada. Los problemas de equilibrio pueden ser aún más difíciles de detectar, porque a los niños les cuesta más que a los adultos reconocerlos y describirlos.

Por lo tanto, antes de que un niño tome un nuevo medicamento, pregúntele al médico qué efectos secundarios podría causar y a qué debe estar atento. Tal vez, para estar atento a los problemas con medicamentos que tienen grandes riesgos de provocar ototoxicidad, el médico recomiende que su hijo visite a los siguientes especialistas:

  • un audiólogo
  • un terapeuta vestibular

Respete el cronograma de pruebas que el médico le indique, aun cuando no note ningún cambio en la audición o el equilibrio. Las pruebas reiteradas y regulares son la mejor manera de detectar los efectos de la ototoxicidad a tiempo.

¿Qué más debería saber?

Cuanto antes diagnostiquen la ototoxicidad, más pronto podrá comenzar el tratamiento de su hijo.

En los niños más pequeños, es especialmente importante detectar la ototoxicidad a tiempo. Para desarrollar el lenguaje y el habla, los bebés y los niños pequeños necesitan escuchar claramente las voces y las conversaciones. Los problemas de audición en los niños mayores pueden afectar su socialización, su comunicación con los demás y su desempeño escolar.

Los problemas de equilibrio pueden tener un gran efecto en niños de todas las edades, y los pueden poner en riesgo de caídas peligrosas.

Si su hijo tiene problemas de audición o de equilibrio mientras recibe dosis elevadas de medicamentos, hable con el médico. Mencione todos los síntomas, incluso aunque no parezcan estar relacionados. Tal vez no imagine que los problemas para caminar o prestar atención en la escuela tenga algo que ver con los oídos, pero este podría ser el caso.

Si está preocupado por algún medicamento que su hijo está tomando, llame al médico. Pero no modifique la dosis ni deje de darle ningún medicamento sin hablar primero con el médico.