Compartir la cama con su bebé
La práctica de que los padres compartan la cama con su bebé es un tema controvertido. Los que están a favor consideran que la cama de los padres es el lugar donde debe estar el bebé. Pero hay otros a quienes les preocupa que esta práctica no sea segura.
Dormir juntos, compartir la habitación y compartir la cama
Mucha gente utiliza las expresiones de “compartir la cama” y de “dormir juntos” para describir la misma cosa, pero no son exactamente lo mismo:
- Dormir juntos: significa que un padre y su hijo duermen cerca desde el punto de vista físico y social, refiriéndose a que cada uno sabe que el otro está a su lado.
Compartir la habitación y compartir la cama son dos formas diferentes de dormir juntos:
- Compartir la habitación: es cuando los padres tienen la cuna o el moisés del bebé en su habitación cerca de su cama. O colocan una cuna lateral que se puede adosar a la cama de los adultos.
- Compartir la cama: es cuando los padres y el bebé duermen todos juntos en la misma cama, sofá o silla. Este tema ha generado preocupación porque compartir la cama con un bebé aumenta el riesgo de muerte relacionada con la conducta de dormir, incluyendo el riesgo de síndrome de la muerte súbita en lactantes.
¿Por qué hay padres que comparten la cama con sus bebés?
Los partidarios de compartir la cama con el bebé creen, y hay algunos estudios que apoyan estas creencias, que compartir la cama:
- favorece la lactancia materna, al hacer más cómodo el amamantamiento nocturno
- aumenta la cantidad de meses que una madre amamanta a su bebé
- ayuda a los bebés a conciliar el sueño más fácilmente
- ayuda a los bebés y a las madres a dormir más durante la noche
- les da a las mamás más tiempo para estar cerca de sus bebés
Pero, ¿acaso los riesgos de compartir la cama con el bebé superan sus ventajas?
¿Por qué es riesgoso compartir la cama?
En algunas culturas, compartir la cama con su bebé es algo común y las muertes infantiles como consecuencia de esta práctica son pocas. Diferencias en los colchones, la ropa de cama y otras prácticas culturales podrían explicar esa reducción del riesgo en esos países.
Pero los expertos en salud advierten a los padres que no coloquen a sus bebés a dormir en las camas de los adultos debido a los graves riesgos de seguridad. Compartir la cama con su bebé aumenta la posibilidad de muerte por asfixia, por estrangulamiento y por síndrome de la muerte súbita de lactantes.
Una cama para adultos se asocia a muchos riesgos para la seguridad de un bebé, incluyendo los siguientes:
- asfixia debido a un colchón blando, de agua o a la ropa de cama que queda suelta u holgada en almohadas, sábanas, mantas o colchas
- quedar atrapado y asfixiarse al quedar aprisionado entre el colchón y la cabecera de la cama, la pared u otro objeto
- estrangularse con el armazón o somier de la cama, que permiten que una parte del cuerpo del lactante los atraviese mientras que la cabeza se queda atrapada, o bien por la presencia de muelles sueltos
Siempre se debe colocar a los bebés boca arriba sobre un colchón firme u otra superficie plana y firme para dormir (como una cuna portátil) sin almohadas, mantas, juguetes, animales de peluche u otros artículos.
Debido a los riesgos implicados, la Academia Americana de Pediatría (AAP) y la Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo (CPSC) recomiendan no compartir la cama con su bebé. La AAP sí que recomienda la práctica de compartir la habitación con el bebé sin compartir la cama. Que un bebé duerma en la habitación de los padres, pero en una superficie diferente, reduce su riesgo de síndrome de la muerte súbita de lactantes.
Compartir la cama y el síndrome de la muerte súbita de lactantes
Compartir la cama aumenta el riesgo de que un bebé muera a causa del síndrome de la muerte súbita de lactantes, especialmente en el caso de bebés prematuros, bebés que tuvieron bajo peso al nacer y bebés nacidos a término sanos menores de 4 meses.
Otras cosas que incrementan más el riesgo de muerte de un bebé cuando comparte la cama son las siguientes:
- que el bebé duerma en un sofá con uno de sus padres
- que el bebé duerma entre sus dos padres
- que su madre sea fumadora
- que los padres estén agotados
- que uno de sus padres haya consumido drogas o alcohol hace poco
- que haya almohadas o cubiertas en la cama
- que haya más niños en la cama
¿Cómo podemos compartir la habitación con nuestro bebé de una manera segura?
Para mantener a su bebé cerca de usted por la noche, pero no en la misma cama, usted puede:
- Para mantener a su pequeño cerca, pero no en su cama, coloque un moisés, cuna o cunita portátil junto a su cama. Esto permite mantener la proximidad que usted desea, lo que puede ser especialmente importante si usted amamanta al bebé. Hacer que el bebé duerma en su propio espacio dentro de la misma habitación que su madre reduce el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante. También puede utilizar una cuna lateral que se pueda adosar a la cama de un adulto para garantizar la proximidad del bebé al tiempo que él descansa sobre una superficie independiente.
- Asegúrese de que todas las superficies para dormir y los productos que utiliza para ayudar a su bebé a dormir hayan sido aprobados por la CPSC y cumplan con los estándares de seguridad federales.
Los expertos recomiendan que los bebés duerman en la habitación de sus padres, sin compartir la cama, hasta su primer cumpleaños. Si los padres prefieren que el bebé duerma en su propia habitación, es mejor esperar hasta que cumpla por lo menos seis meses de edad.
Cómo compartir la cama con el bebé de la forma más segura posible
Algunos padres deciden que compartir la cama es lo mejor para su familia a pesar de los riesgos. Si elige tener a su bebé en la cama con usted, siga estas precauciones:
- Siempre coloque a su bebé boca arriba para dormir, así ayudará a prevenir el síndrome de la muerte súbita de lactantes.
- Vista al bebé con la mínima cantidad de ropa posible para evitar que se acalore demasiado.
- Ofrézcale un chupete a su bebé a la hora de dormir, pero no lo fuerce. Si suelta el chupete mientras está dormido, no se lo vuelva a poner.
- Si envuelve a su bebé y el bebé comienza a tratar de darse la vuelta, deje de envolverlo.
- No ponga al bebé a dormir en una cama para adultos cuando esté solo.
- No ponga al bebé a dormir sobre una superficie blanda, como un colchón blando, un sofá o una cama de agua. Asegúrese de que el colchón de su cama sea firme.
- Asegúrese de que la cabecera y el pie de la cama no disponen de aberturas ni espacios donde podría quedar atrapada o enganchada la cabeza del bebé.
- Asegúrese de que el colchón quede bien ajustado al armazón o somier de la cama, de forma que el bebé no pueda quedar aprisionado entre ambos.
- No cubra la cabeza del bebé mientras duerma.
- No coloque almohadas, mantas, edredones, colchas ni otros artículos blandos, almohadillados o afelpados en la cama. Vista a su bebé con un buen pijama en vez de utilizar mantas.
- No coloque la cama cerca de cortinas o persianas, pues su bebé podría enredarse y acabar quedando estrangulado en sus cordeles o tiras.
- No se quede dormido con el bebé encima del pecho.
- No se duerma con el bebé en sofás, mecedoras o sillas reclinables.
- No use mantas, pijamas o arrullos pesados sobre o alrededor de su bebé.
Además:
- No deje que su bebé se duerma sobre un producto que no haya sido diseñado específicamente para que los bebés duerman. Por ejemplo, no ponga a dormir a su bebé en un dispositivo para sentarse (como un asiento de automóvil), una almohada para comer (como la almohada Boppy) o un contenedor para bebés (como la Dock-a-Tot, Podster y Bummzie).
- No use productos o dispositivos que afirmen reducir el riesgo de síndrome de muerte súbita, como posicionadores para dormir (como cuñas o reclinables) o monitores que puedan detectar el ritmo cardíaco y el patrón de respiración de un bebé. Ningún producto puede hacer esto.
- No fume, beba alcohol ni use medicamentos o drogas que puedan hacer que usted no se despierte o no esté muy alerta.
Evite compartir la cama con bebés que tienen un mayor riesgo de sufrir el síndrome de la muerte súbita de lactantes. En este grupo se encuentran los bebés menores de 4 meses de edad, los bebés prematuros y los que tengan poco peso corporal al nacer.