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Efectos secundarios de la quimioterapia y la radioterapia

¿Qué es el cáncer?

El cáncer ocurre cuando hay unas células que se dividen y se multiplican mucho más deprisa que la mayoría de las células normales. El crecimiento descontrolado de las células puede llevar a que se formen masas de células cancerosas, llamadas tumores, o a una situación donde células sanas son desplazadas por células cancerosas, por lo que dejan de poder desempeñar bien su función. 

¿Cuáles son sus efectos secundarios?

La quimioterapia (o “quimio”) y la radioterapia son los dos tipos de tratamiento más usados para tratar el cáncer. Actúan destruyendo las células de crecimiento rápido. Pero otros tipos de células de crecimiento rápido (como las células sanguíneas y las del cabello) también se pueden ver dañadas, causando reacciones adversas o efectos secundarios

Los efectos secundarios pueden ir desde el cansancio y las náuseas hasta la caída del cabello y los problemas en la coagulación de la sangre. Puesto que cada persona responde un poco diferente al tratamiento y es difícil que los médicos predigan exactamente cómo va a reaccionar el cuerpo de cada paciente, se observará atentamente a cada niño que se esté sometiendo al tratamiento del cáncer. Los médicos sopesan la cantidad y la gravedad de los efectos secundarios de los tratamientos del cáncer con las ventajas de los mismos.

Afortunadamente, la mayoría de los efectos secundarios son de tipo pasajero. A medida que se van recuperando las células normales del cuerpo, estos problemas empiezan a desaparecer. También hay buenos tratamientos de apoyo que permiten reducir los efectos secundarios. 

Los efectos secundarios varían:

  • Algunos pueden ser meramente desagradables, mientras que otros pueden ser mucho más graves. 
  • Algunos se manifiestan de inmediato, mientras que hay otros que se desarrollan a largo del tiempo.
  • Algunos niños solo presentan pocos efectos secundarios, mientras que hay otros que presentan muchos efectos secundarios a lo largo del tratamiento. 

¿Cuáles son los efectos secundarios de la quimioterapia y la radioterapia?

La quimio y la radioterapia pueden causar efectos secundarios similares. La quimio es la palabra general que se usa para referirse a una amplia variedad de medicamentos que se usan para tratar el cáncer. Los efectos secundarios de la quimio dependen del tipo de medicamento usado y de la dosis, así como del estado general de salud del niño. Es más probable que los efectos de la quimio afecten a todo el conjunto del cuerpo.

Los efectos secundarios de la radioterapia tienden a afectar más a solo a la zona tratada. Pero siguen dependiendo de la dosis de radiación administrada, su ubicación en el cuerpo y de si la radiación ha sido interna o externa.

He aquí algunos de los efectos secundarios asociados a estos dos tratamientos y cómo gestionarlos:

Cansancio

El cansancio o la fatiga es el efecto secundario más frecuente de la quimioterapia y la radioterapia. Incluso los niños más activos es probable que estén agotados y también pueden tener un poco de niebla mental durante el tratamiento y durante cierto tiempo después de él. Esto es normal. Anime a su hijo a reducir las actividades que practica y a descansar lo máximo posible. Cuando concluya el tratamiento, recuperará su nivel de energía.

Dolor

Algunos medicamentos que se usan en la quimio pueden causar dolores de cabeza, musculares, abdominales e, incluso, lesiones neurológicas de carácter temporal, que pueden causar adormecimiento, hormigueo o cosquilleo en manos y pies. Si su hijo presenta alguno de estos síntomas, su médico le puede recetar medicamentos que le podrán ayudar. No use nunca medicamentos de venta sin receta médica ni remedios elaborados con plantas medicinales sin contar con el visto bueno del médico de su hijo, porque podrían interactuar con los medicamentos de la quimioterapia. 

Úlceras en la boca, las encías y la garganta

Tanto la quimioterapia como la radioterapia (sobre todo la que se dirige a la cabeza y al cuello) pueden hacer que se formen úlceras o llagas en la boca, encías sensibles, irritación de la garganta y un aumento del riesgo de caries. El médico puede recetar un colutorio o enjuague bucal o medicamentos para el dolor a fin de aliviar estos síntomas. Los alimentos blandos y frescos pueden resultar más fáciles de comer, y su hijo debería evitar los alimentos ácidos y los jugos (como los de naranja y los tomate) cuando presente síntomas. Las revisiones dentales regulares también son importantes, pero consulte antes al médico de su hijo para asegurarse de que puede ir al dentista sin problemas. 

Problemas digestivos

Se sabe que muchos de los medicamentos que se usan en la quimioterapia causan náuseas, vómitos, pérdida del apetito, estreñimiento o diarrea. Hay medicamentos que pueden prevenir o aliviar muchos de estos síntomas. También es habitual que los niños noten cambios en sus preferencias gustativas durante la quimioterapia (algunos no toleran ciertos olores, ciertos sabores o ciertas texturas). 

Si su hijo no tiene mucho apetito, trate de ofrecerle varias tomas de alimentos reducidas en vez de tres comidas copiosas al día. Así mismo, haga lo posible por mantener a su hijo bien hidratado, ofreciéndole agua, jugos y caldos.

Los síntomas gastrointestinales de la radioterapia no suelen ser tan importantes como los de la quimioterapia, salvo en aquellos niños que la reciben en la pelvis o el abdomen. 

Cambios en la piel

Los medicamentos que se usan en la quimioterapia suelen causar erupciones, rojeces y otros tipos de irritaciones en la piel, sobre todo si su hijo recibe radioterapia antes de someterse a quimioterapia (“dermatitis por radioterapia”). La radioterapia sola puede causar síntomas similares, junto con ampollas, descamación e inflamación de la piel en el área tratada.

Llevar prendas de algodón holgadas puede ayudar a aliviar las molestias. El médico de su hijo es posible que le recete cremas o pomadas. Puesto que la zona tratada se puede volver más sensible al sol durante un tiempo después del tratamiento, su hijo deberá llevar siempre protector solar con un FPS mínimo de 30 cuando salga al exterior. 

Cambios en el peso

Algunos niños tienen pérdidas o ganancias de peso. Es frecuente que aquellos que toman esteroides tengan más apetito y engorden en partes del cuerpo donde no suelen engordar, como las mejillas o la parte posterior del cuello. Hay otros niños que pierden el apetito o que tienen problemas para retener los alimentos (sobre todo, si están teniendo náuseas provocadas por la quimio).

Si le preocupa el peso de su hijo, hable con su médico para que lo ayude a mantener un peso saludable teniendo en cuenta sus necesidades médicas. También ayudará consultar al dietista del equipo médico que atiende a su hijo. 

Caída del cabello y el pelo

Durante la quimioterapia, puede haber caída del pelo por todo el cuerpo. La radioterapia en la cabeza y el cuello puede causar la caída del cabello en esa zona. Pero la radioterapia aplicada a otras partes del cuerpo no causa la caída del cabello en la cabeza.

Aunque a algunos niños no les afecta nada perder el cabello, habrá otros a quienes les afectará mucho. Dígale a su hijo que le volverá a crecer el cabello, aunque avísele de que podría cambiar ligeramente de textura y/o de color. Mientras les vaya creciendo el cabello, muchos niños prefieren llevar gorras, fulares, bufandas o pelucas. 

Antes de iniciar el tratamiento, muchos niños se dejan el cabello corto, como si les resultara más fácil perder un cabello corto que uno largo. 

Problemas renales y vesicales

Algunos de los medicamentos que se usan en la quimioterapia afectan a los riñones y a la vejiga. A su hijo le harán frecuentes análisis de sangre para evaluar la función renal. El hecho de mantenerse bien hidratado le puede ayudar. Informe al médico de su hijo si este último tiene sangre en la orina o cualquier otro problema al hacer pis.

Anemia

Los medicamentos de la quimioterapia y la radioterapia son capaces de destruir todos los tipos de células sanguíneas sanas y dañar la capacidad del cuerpo para fabricar nuevas células. Tener una baja concentración de glóbulos rojos en sangre (encargados de transportar el oxígeno por todo el cuerpo) puede llevar a una anemia, que causa cansancio, palidez, falta de aliento y frecuencia cardíaca rápida.

Las frecuentes extracciones de sangre a lo largo de todo el tratamiento del cáncer permitirán monitorizar la concentración de glóbulos rojos en sangre. Los niños suelen necesitar hacerse transfusiones de sangre durante la quimio. 

Problemas en la coagulación de la sangre

Las plaquetas son las células que ayudan a la sangre a coagularse. Se pueden ver afectadas por el tratamiento de cáncer, sobre todo, por la quimio. Una baja concentración de plaquetas en sangre, o trombocitopenia, puede conducir a sangrados. Esto puede causar moretones; manchas en forma de puntos rojos en la piel (llamadas petequias) heces (cacas) o vómitos negros o sanguinolentos o sangrados en la nariz, las encías o el lugar de la VI (la zona desde donde se introducen los fluidos y los medicamentos a las personas con cáncer).

Los niños con una baja concentración de plaquetas en sangre se lo tienen que tomar todo con calma para reducir el riesgo de sangrado. Esto significa evitar los juegos muy activos, los deportes de contacto (como el fútbol americano), usar un cepillo de dientes de cerdas bandas y pasarse la cera dental con mucho cuidado. En los casos muy graves de trombocitopenia, el paciente puede requerir una transfusión de plaquetas. 

Neutropenia

La cantidad de glóbulos blancos también puede ser baja durante el tratamiento del cáncer. Hay un tipo de glóbulos blancos, llamados neutrófilos, que ayuda a luchar contra las infecciones. El hecho de tener una baja cantidad de neutrófilos, una afección llamada neutropenia, expone al niño a un mayor riesgo de infección. Tener fiebre puede ser un signo de una infección grave, o sea que informe de inmediato al médico si su hijo tiene fiebre.

Los niños con neutropenia necesitan tomar unas precauciones especiales contra los gérmenes. Al igual que todos los niños, se deben lavar las manos a fondo y con frecuencia, sobre todo antes de comer, después de usar el baño y después de tocar animales. También deben evitar visitar interiores concurridos o visitar amigos o parientes afectados por enfermedades contagiosas (como un resfriado, la gripe o la varicela).

Para prevenir las infecciones trasmitidas por los alimentos, los niños con neutropenia no deben comer marisco crudo, ni carne o huevos poco hechos.

Infecciones

Debido a que los sistemas inmunitarios de los niños que están recibiendo tratamiento contra el cáncer están más débiles (sobre todo los que tienen neutropenia), no pueden luchar contra las bacterias y otros gérmenes que les entran en el cuerpo. Por lo tanto, un virus estacional o una infección que pueda parecer menor puede dar lugar rápidamente a una infección de riesgo vital. 

Entre los signos de infección, se incluyen fiebre o escalofríos, tos o congestión nasal, vómitos o diarrea, y dolor (que puede afectar a los oídos, la garganta, el abdomen, la cabeza o al hacer de vientre). También puede haber enrojecimiento, hinchazón, dolor o supuración en la piel o alrededor del lugar de la VI.

Si su hijo tiene alguno de estos síntomas, sobre todo fiebre, póngase en contacto con su médico de inmediato.

¿Cuánto duran los efectos secundarios?

La mayoría de los efectos secundarios empiezan a remitir después de que haya concluido el tratamiento del cáncer y de que las células sanas hayan tenido la oportunidad de crecer. Lo que se alargue este proceso es algo que depende de la salud general del niño y del tipo y la dosis de medicamentos y/o de radiación que haya recibido. 

De todos modos, a veces, el tratamiento del cáncer puede causar cambios duraderos en un cuerpo en proceso de crecimiento. Estos efectos a largo plazo (conocidos como efectos tardíos) pueden incluir lesiones en el corazón, los pulmones, el cerebro y otras partes del sistema nervioso, los riñones, la glándula tiroidea y/o los órganos reproductores. En algunos casos, los niños y los adolescentes que han recibido algunos tipos de quimioterapia tienen un riesgo más alto de tener un segundo tipo de cáncer más adelante en la vida.

Antes de iniciar el tratamiento, el médico hablará con usted sobre el riesgo que tiene su hijo de presentar efectos secundarios tardíos, y qué precauciones pueden tomar antes de iniciar el tratamiento en el caso de que se pueda tomar alguna. Por ejemplo, algunos adolescentes que se someten a tratamientos asociados a riesgos relacionados con la fertilidad pueden adoptar medidas preventivas, como la preservación de óvulos o esperma. 

¿Cómo pueden ayudar los padres?

El tratamiento del cáncer ya tiene una larga trayectoria. Pero puede ser duro para los niños y los adolescentes afrontar sus a veces dolorosos o molestos efectos secundarios. Afortunadamente, los médicos conocen muchas maneras de hacer que el tratamiento resulte más fácil de sobrellevar.

Lo más probable es que su hijo también experimente los efectos emocionales de tener una enfermedad grave. Responda a sus preguntas y ayúdelo explicándole qué es lo que está ocurriendo usando un lenguaje adaptado a su edad. Acuda al equipo médico que lo lleva cuando lo necesite. Un grupo de apoyo del hospital, así como los especialistas en child life (o “vida infantil”, profesionales especializados en preparar psicológicamente y dar apoyo emocional a los niños y sus familias), un trabajador social o un psicólogo, pertenecientes al equipo médico que lleva a su hijo, puede ayudar a su hijo y a toda su familia antes, durante y después del tratamiento del cáncer.

También puede encontrar información y apoyo por internet en: