El método de Ponseti: Fase de escayolado
El pie zambo es una anomalía congénita que hace que uno o los dos pies de un bebé se orienten hacia abajo y giren hacia dentro.
Antes se solía tratar con cirugía, pero ahora los cirujanos ortopédicos (o traumatólogos, que se centran en las afecciones de huesos, músculos y articulaciones) prefieren seguir el método de Ponseti. Se hace en dos fases:
- la fase del escayolado, que va moviendo el pie de forma gradual hacia la posición correcta
- la fase de la férula ortopédica, que asegura que el pie permanezca en esa posición
El escayolado se suele iniciar cuando el bebé tiene una o dos semanas de vida. El bebé llevará una serie de cinco a siete escayolas a lo largo de unas pocas semanas o meses. Cuando el pie haya alcanzado su posición correcta final, al bebé se le coloca la férula ortopédica.
¿Cómo ayudan las escayolas y los estiramientos?
En la fase del escayolado (también llamada “fase correctiva”), el bebé lleva varias escayolas que van moviendo suavemente el pie zambo hacia la posición correcta.
La primera escayola la coloca un traumatólogo con experiencia en el método de Ponseti cuando el bebé tiene entre una y dos semanas de vida. Este es el mejor momento para empezar porque los ligamentos y lo tendones del bebé son muy elásticos, lo que facilita que se estiren y se muevan hacia la posición correcta.
El traumatólogo hará leves movimientos y leves estiramientos en el pie del bebé antes de colocar cada escayola nueva. Esto ayuda a mover lentamente el pie hacia la posición correcta. Luego, coloca la nueva escayola para que sostenga esa posición hasta que se deba reemplazar por la siguiente escayola.
El bebé volverá a la consulta del traumatólogo aproximadamente una vez por semana para que le mueva y le estire el pie con suavidad y le sustituya la escayola vieja por una nueva. La nueva escayola girará el pie del bebé un poco más que la escayola anterior hacia la dirección correcta.
¿Qué ocurre cuando se pone la escayola?
Después de estirar y mover suavemente el pie hacia la dirección correcta, el médico le pondrá una escayola de pierna entera a su hijo. Esto significa que la escayola le empezará en los dedos de los pies y le acabará en la parte alta del muslo.
En primer lugar, el médico colocará material acolchado o de relleno alrededor del pie y de la pierna, desde los dedos del pie hasta la rodilla. Es posible que a usted le pidan que alimente al bebé mientras el médico lleve a cabo este proceso para que su pequeño esté más distraído. Después le aplicarán el yeso y le darán forma a la escayola. Los dedos de los pies no quedan cubiertos por la escayola.
Aproximadamente una semana después, el médico retirará la escayola y la sustituirá por otra nueva. El médico estirará el pie y lo moverá un poco más hacia la posición correcta, colocando la nueva escayola.
Es posible que su hijo se ponga algo inquieto cuando le pongan la escayola. Esto se debe a que la piel que estaba cubierta por la escayola es más sensible que el resto de la piel del bebé. Pero el hecho de poner una escayola o de renovarla por otra nueva no es doloroso.
Las escayolas se extraen mojándolas o bien utilizando una sierra eléctrica. La hoja de la sierra es de borde romo y redondeado, y vibra de un lado a otro. Esta vibración es lo bastante fuerte como para romper el yeso, pero no puede dañar la piel del bebé.
La mayoría de los bebés llevan una serie de cinco a siete escayolas a lo largo de unas pocas semanas o meses.
¿Qué es alargamiento del tendón de Aquiles?
Hasta la última escayola, las escayolas del bebé han estado moviendo el pie del bebé desde su posición incorrecta orientada hacia dentro hacia la posición correcta orientada hacia fuera. La escayola del final moverá el pie del bebé desde su orientación inicial hacia abajo hacia la posición correcta final.
Para ayudar a mover el pie hacia arriba, la mayoría de los bebés necesitan que les alarguen el talón de Aquiles (mediante un procedimiento llamado “tenotomía del tendón de Aquiles”) justo antes de que les pongan la última escayola. Un tendón muy corto y tenso en el talón se alarga cuando el cirujano hace un pequeño corte sobre él. El tendón se anestesia antes con medicamentos, y el corte es tan pequeño que no es necesario poner puntos. Se curará mientras el niño lleve puesta la escayola durante unas tres semanas.
¿Cómo debo cuidar de la escayola?
Mantenga la escayola de su hijo limpia y seca. Dele a su hijo baños de esponja y utilice pañales reciclables con piernas provistas de cierres elásticos. Cambie a menudo los pañales a su bebé para mantener bien limpia la escayola. Si la escayola se mancha, límpiela con un paño húmedo o una toallita para bebés.
Compruebe la circulación en los pies de su bebé cada hora durante las primeras 6 a 8 horas después de ponerle una escayola nueva y, a partir de entonces, varias veces al día:
- Toque y observe los dedos de los pies de su bebé: deberían tener color rosa y estar calientes. Si no lo están, es posible que su escayola esté demasiado apretada. Pruebe a mover un poco las piernas del bebé o a ponerle una toallita o manta debajo de la rodilla. Si no logra resolver el problema, llame al médico de su hijo.
- Siempre debería poder ver las puntas de los dedos de los pies de su hijo. Si no los ve, se le podría haber resbalado la escayola. Si le ocurriera esto, debería llamar al médico de su hijo de inmediato.
Llame también al médico si se le agrieta la escayola, la piel de la parte alta o de la parte baja de la escayola se pone muy roja o irritada, o su bebé sigue estando muy inquieto uno o dos días después de llevar puesta la escayola.
¿Qué pasará después?
Cuando el pie del bebé haya llegado a la posición final y correcta después de los estiramientos y de la serie de escayolas, el traumatólogo le colocará una férula ortopédica, que es una barra provista de botas o zapatos a ambos extremos. Impide que el pie se vuelva a torcer hacia la posición que tenía antes del escayolado.
El niño llevará puesta la férula ortopédica constantemente durante unos tres meses y luego solo la llevará puesta por la noche o en las siestas durante unos pocos años. Los pies crecen mucho y muy deprisa durante los primeros años de vida. Sin disponer de una férula ortopédica que mantenga el pie zambo corregido en la posición adecuada, el rápido crecimiento del pie lo volvería a colocar de nuevo en su posición inicial zamba.
De cara al futuro
Corregir de forma permanente un pie zambo cuesta tiempo. Es fundamental que los padres trabajen codo con codo con el equipo médico de su hijo y que sigan el programa de tratamiento para ayudar a su hijo a obtener el mejor resultado posible. Considérese un compañero de equipo en el cuidado de su hijo.
El método de Ponseti da buenos resultados en la mayoría de los niños con pie zambo, y les permite andar, correr y jugar sin dolor. Una vez que el pie zambo esté completamente corregido, los niños volverán a ver al especialista en las visitas de seguimiento. A partir de los cinco años de edad, la mayoría de ellos solo hace una visita de seguimiento al año hasta que deja de crecer (en torno a los 18 años de edad) para asegurarse de que no desarrolla ningún problema.