Hacerse una tomografía computada
¿Qué son las tomografías computadas?
Una tomografía computada (TC), también llamada “tomografía axial computada” (o TAC), es un tipo de prueba de diagnóstico por imágenes. Se utiliza una computadora y una máquina de rayos X giratoria para tomar imágenes transversales del cuerpo. Las tomografías computadas les dan a los médicos imágenes más detalladas de las que se obtienen con una radiografía. A diferencia de las radiografías, que muestran solo los huesos, las tomografías también pueden mostrar los órganos, los tejidos blandos y los vasos sanguíneos.
¿Cómo nos preparamos para una tomografía computada?
Para ayudar a aliviar cualquier temor, explíquele a su hijo cómo se realiza la prueba y por qué es necesaria. Puede describirle la sala y el equipo que se usará y tranquilizarlo explicándole que usted estará cerca. A los niños mayores, explíqueles que quedarse quieto ayuda a obtener buenas imágenes con la tomografía. Esto hará que sea rápido y no sea necesario repetir la prueba.
Los niños no sentirán nada durante la tomografía, pero explíqueles que tal vez escuchen chirridos y zumbidos mientras la máquina funciona. Es posible que la sala esté fría por el aire acondicionado que se usa para mantener el equipo en buenas condiciones.
Tal vez le pidan a su hijo que se quite toda la ropa y las joyas, y que se vista con una bata de hospital, porque los botones, los cierres, las cremalleras, los broches y las joyas pueden afectar las imágenes.
En algunos tipos de tomografías, los niños deben tomar una solución de contraste que ayuda a resaltar la zona que se está estudiando. Si este es el caso:
- Quizá reciban la solución con una vía intravenosa (IV) en la mano o el brazo. Durante la colocación de la vía, solo sentirán un pinchazo, pero la solución no causa dolor mientras va entrando en la vena.
- Es posible que beban un líquido de contraste antes de la tomografía. A algunos niños no les agrada el sabor, pero es posible saborizar la solución.
Los bebés y niños más pequeños tal vez necesiten sedación si no pueden quedarse quietos para la tomografía (algo que ocurre con frecuencia). Recibirán estos medicamentos por medio de una vía intravenosa.
Los niños que reciben sedación o una solución de contraste tal vez no deban comer o beber nada durante unas horas antes de la tomografía para asegurarse de que tengan el estómago vacío.
¿Cómo se hace esta prueba?
Un técnico radiógrafo o radiólogo será el encargado de la tomografía. Su hijo se recostará boca arriba, de costado o boca abajo en una camilla, que se mueve lentamente dentro de una máquina de gran tamaño y con forma de rosquilla. Esta máquina forma un círculo alrededor del cuerpo y toma muchas imágenes desde varios ángulos. Estas imágenes se envían a una computadora que las registra. También las puede combinar para formar una imagen tridimensional (3D).
El técnico acomodará a su hijo y después se ubicará detrás de una pared o en otra sala para activar la máquina, pero podrá ver a su hijo por una ventana. El técnico hablará con su hijo a través de un intercomunicador. Podrá quedarse en la sala de tomografía hasta que comience la prueba. Después tendrá que quedarse con el técnico fuera de la sala. O quizás lo lleven a una sala de espera. Si se queda con el técnico, tendrá que usar un delantal de plomo para protegerse algunas partes del cuerpo.
Cuando comience el procedimiento, la camilla se moverá a través del tomógrafo. A los niños mayores se les pide que aguanten la respiración y se queden quietos durante unos pocos segundos para evitar que las imágenes salgan borrosas.
Según el tipo de tomografía computada, la prueba puede llevar entre unos pocos y cuarenta y cinco minutos. La cantidad de tiempo que un niño está expuesto a la radiación es mucho menor.
Después de la tomografía, su hijo esperará unos minutos mientras el técnico revisa las imágenes. Si están borrosas, es posible que deba volver a hacer partes de la tomografía. Si a su hijo lo sedaron, el medicamento tardará un rato en dejar de hacer efecto.
¿Existe algún riesgo por las tomografías?
Las tomografías son indoloras. Una tomografía computada implica más exposición a la radiación que una radiografía común, pero el riesgo es pequeño. Los radiólogos usan la mínima cantidad de radiación necesaria para obtener los mejores resultados.
Si su hija está embarazada, informe al técnico o al médico antes de la tomografía para ver si sería conveniente usar otra prueba. Existe una pequeña probabilidad de que la radiación dañe al bebé en desarrollo. Pero si la tomografía computada es necesaria, se pueden tomar precauciones para proteger al bebé.
Las soluciones de contraste suelen ser seguras, pero presentan un bajo riesgo de causar reacciones alérgicas. Las soluciones pueden contener iodina, que es capaz de causar problemas en los niños con alergia a la iodina y algunas otras enfermedades. Informe al médico si su hijo tiene alguna alergia a alimentos, pigmentos o medicamentos. Si un paciente corre el riesgo de sufrir una reacción alérgica a la solución de contraste tal vez necesite medicamentos, como un antihistamínico o esteroides, para ayudar a prevenir una reacción grave.
Si su hijo recibió sedación, existe una baja probabilidad de que los medicamentos lo hagan respirar más lento. Si surge algún problema con la sedación, el personal encargado de la tomografía está preparado para tratarlo de inmediato.
¿Cuándo estarán listos los resultados?
Las imágenes son revisadas por un radiólogo (un médico capacitado en leer e interpretar imágenes de rayos X y tomografías). Este profesional enviará los resultados a su médico, quien los revisará con usted.
Los resultados suelen estar listos al cabo de 1 o 2 días. Si se trata de una emergencia, los resultados de una tomografía pueden estar disponibles rápidamente. En la mayoría de los casos, los resultados no se pueden entregar a la familia o al paciente en el momento de la prueba.