Intolerancia a la lactosa
¿Qué es la intolerancia a la lactosa?
La intolerancia a la lactosa ocurre cuando una persona tiene problemas para digerir la lactosa, un azúcar se encuentra en la leche y los productos lácteos.
Si la gente con intolerancia a la lactosa ingiere productos lácteos, la lactosa se deposita en sus intestinos, generando gases, retortijones abdominales, hinchazón y diarrea.
Algunas personas con intolerancia a la lactosa pueden tomar cantidades reducidas de lácteos sin problemas. Pero hay otras que tienen muchos problemas digestivos y tienen que evitar los lácteos por completo. Hay muchos alimentos, bebidas y ayudas digestivas disponibles para ayudar a abordar la intolerancia a la lactosa.
¿Qué ocurre en la intolerancia a la lactosa?
Normalmente, cuando comemos algo que contiene lactosa, hay una enzima presente en el intestino delgado llamada lactasa que se encarga de descomponer la lactosa en dos azúcares simples. El torrente sanguíneo absorbe esos azúcares simples, que se convierten en energía.
En la intolerancia a la lactosa, el cuerpo no fabrica suficiente cantidad de lactasa para descomponer la lactosa. Por eso, la lactosa no digerida se deposita en el tubo digestivo y es descompuesta por bacterias, lo que provoca gases, hinchazón, retortijones abdominales y diarrea.
La intolerancia a la lactosa es una afección bastante frecuente. Los niños y los adolescentes tienen menos probabilidades de desarrollarla que los adultos, pero hay muchas personas que se vuelven intolerantes a la lactosa durante la etapa adulta. Algunos profesionales de la salud conciben la intolerancia a la lactosa como algo normal en los seres humanos, en vez de como una enfermedad o un problema de salud importante.
Aparte de por la edad, las personas se pueden volver intolerantes a la lactosa debido a su:
- Origen étnico. Las personas de origen asiático, africano, nativo americano o hispano son más proclives a desarrollar intolerancia a la lactosa a edades tempranas.
- Otros problemas en el tubo digestivo. Las personas que tienen una inflamación en la parte superior del intestino delgado, como la enfermedad celíaca o la enfermedad de Crohn, tienen bajas concentraciones de la enzima lactasa.
- Medicamentos. Hay algunos antibióticos que pueden desencadenar una intolerancia a la lactosa de carácter temporal, al afectar la manera en la que se fabrica la lactasa en el intestino.
- Infecciones. Después de tener diarrea, algunas personas tienen una intolerancia a la lactosa de carácter temporal, que suele mejorar al cabo de pocos días o semanas.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de la intolerancia a la lactosa?
La intolerancia a la lactosa puede causar una amplia variedad de síntomas. Todo depende de la cantidad de lácteos u otros alimentos con lactosa que consuma una persona y de la cantidad de lactasa que fabrique su cuerpo.
Generalmente, entre 30 minutos y 2 horas después de comer alimentos con lactosa, una persona con intolerancia a la lactosa tendrá:
- náuseas
- retortijones abdominales
- hinchazón
- gases
- diarrea
¿Cómo se diagnostica la intolerancia a la lactosa?
Para diagnosticar una intolerancia a la lactosa, los médicos preguntan sobre los síntomas del niño y su dieta. Los médicos pueden mandar la prueba del aliento, o del hidrógeno espirado, donde se compara la concentración de hidrógeno en el aliento antes y después de beber lactosa. Normalmente, se detecta muy poca cantidad de hidrógeno en la respiración de una persona. Pero la lactosa no digerida se descompone en el colon y genera diversos gases, como el hidrógeno.
Si a su hijo le hacen la prueba del aliento, empezará soplando en un tubo para que le tomen la muestra inicial. Después, se tragará un líquido que contenga lactosa, esperará un rato y volverá a soplar en el tubo. Su hijo irá soplando en el tubo cada media hora durante 2 horas y le irán midiendo las concentraciones de hidrógeno en el aliento. Si su hijo tiene intolerancia a la lactosa, sus concentraciones de hidrógeno subirán con el paso del tiempo.
Los médicos también pueden saber si una persona puede digerir la lactosa determinando la presencia de lactasa en una endoscopía. Durante este procedimiento, los médicos ven el interior del intestino insertando en la boca un tubo largo con una luz y una cámara diminuta en el extremo.
El médico puede tomar pequeñas muestras de tejido y hacer fotografías del interior del tubo digestivo. La cantidad de la enzima lactasa se puede medir en una de esas muestras.
¿Cómo se trata la intolerancia a la lactosa?
Los niños y los adolescentes pueden controlar su intolerancia a la lactosa bebiendo menos leche y comiendo menos productos lácteos. La mayoría de ellos pueden seguir comiendo cantidades reducidas de lácteos. Pero necesitan ingerir lácteos junto con otros alimentos que no contengan lactosa y no comer nunca demasiada cantidad de lácteos a la vez. Por ejemplo, en lugar de tomarse un batido de leche a secas, dígale a su hijo que se lo tome mientras merienda un bocadillo que no contenga nada de lactosa.
Hay otros productos lácteos, como el yogur y el queso, que son más fáciles de digerir que la leche. La leche sin lactosa también es una buena forma de incorporar el calcio a la dieta sin problemas. También puede ayudar el hecho de llevar un diario para aprender qué alimentos se toleran y cuáles no.
También pueden ayudar los suplementos de lactasa. Si se toman justo antes de ingerir alimentos problemáticos, ayudan al cuerpo a digerir la lactosa. Esto sirve para prevenir el dolor, los retortijones, la hinchazón abdominal, los gases y la diarrea.
¿Y qué pasa con el calcio?
Los productos lácteos son la mejor fuente de calcio, un mineral que es importante para el crecimiento de los huesos. Los niños y los adolescentes en proceso de crecimiento necesitan aproximadamente 1.300 miligramos de calcio cada día. Por eso, los expertos recomiendan que las personas con intolerancia a la lactosa incluyan algún lácteo en su dieta.
También pueden ingerir productos no lácteos ricos en calcio, como:
- jugo de frutas o leche de soja enriquecidos con calcio
- verdura de hoja verde, como el brócoli, la berza, la col rizada y el grelo
- alubias
- salmón
- almendras
- habas de soja
- fruta deshidratada
- tofu
Es una buena idea hablar con un dietista titulado. Este profesional puede ayudar a su hijo a encontrar alternativas a los lácteos que formen parte de una dieta saludable, equilibrada y rica en calcio para que pueda tener unos huesos fuertes. Algunos niños pueden tener que tomar suplementos de calcio y de vitamina D.
¿Cómo pueden ayudar los padres?
Para ayudar a su hijo a abordar su intolerancia a la lactosa:
- Compre leche sin lactosa o baja en lactosa y jugos enriquecidos con calcio.
- Recuérdele a su hijo que se tome el suplemento de la enzima lactasa (como Lactaid) justo antes de ingerir cualquier producto lácteo. Se venden en forma de gotas o de pastillas, que se pueden añadir a la leche.
- Sírvale a su hijo alimentos sin lactosa que sean ricos en calcio, como el brócoli, las alubias, el tofu o la leche de soja. Considere los quesos duros, como el Cheddar, que tienen un bajo contenido de lactosa.
- Los yogures que contienen cultivos activos son más fáciles de digerir y tienen muchas menos probabilidades de causar problemas relacionados con la lactosa.
- Lea bien las etiquetas alimentarias. La lactosa se añade a algunos alimentos que se venden en cajas, latas, congelados y/o que ya están preparados. Algunas de las palabras que dan pistas sobre que un alimento contiene lactosa son las siguientes: mantequilla, queso, crema, nata, leche deshidratada, leche en polvo, sólidos de la leche, suero de leche.