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Leucemia mielógena crónica

¿Qué es la leucemia?

La leucemia es un cáncer que afecta mayoritariamente a los glóbulos blancos. Los glóbulos blancos (también llamados “leucocitos”) combaten las infecciones.  

La médula ósea es un tejido blando y esponjoso que hay en el interior de los huesos y que se encarga de fabricar glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas. En la leucemia, la médula ósea fabrica unos glóbulos blancos que no funcionan. Estas células anormales no son capaces de proteger al cuerpo de los gérmenes.  Se amontonan dentro de la médula ósea, entran en el torrente sanguíneo y se extienden a otras partes del cuerpo, como los ganglios linfáticos, el cerebro o el hígado. 

La leucemia es el tipo de cáncer más frecuente en los niños. Puede ser aguda (de crecimiento rápido) o crónica (de crecimiento lento). La mayoría de los niños y adolescentes a quienes se les trata la leucemia se curan de esta enfermedad.

¿Qué es la leucemia mielógena crónica?

La leucemia mielógena crónica es un tipo de leucemia que se inicia en las células mieloides inmaduras, que son las células sanguíneas que se suelen acabar convirtiendo en glóbulos blancos. Esas células mieloides no maduran con normalidad para convertirse en unos glóbulos blancos normales. Contrariamente, se acumulan, tanto dentro de la médula ósea como de la sangre y lo hacen en grandes cantidades. 

La leucemia mielógena crónica también se conoce como leucemia mieloide crónica. 

¿Cuáles son los signos y los síntomas de la leucemia mielógena crónica?

La leucemia mielógena crónica tiende a evolucionar lentamente. Al principio, un niño puede presentar pocos síntomas o ninguno en absoluto. Los síntomas pueden tardar meses o incluso años en desarrollarse.

Los niños con esta afección pueden tener anemia, que ocurre cuando el cuerpo tiene una cantidad insuficiente de glóbulos rojos. La anemia ocurre cuando la médula ósea deja de fabricar la cantidad habitual de glóbulos rojos. 

Los niños con anemia pueden:

  • estar pálidos
  • está muy cansados o sentirse débiles 
  • faltarles el aliento mientras juegan

Cuando un niño no tiene una cantidad suficiente de plaquetas (células que participan en la coagulación sanguínea), se le forman moretones con facilidad, tiene hemorragias nasales o sangra durante mucho tiempo seguido después de hacerse un corte pequeño.  

Entre otros síntomas de la leucemia, se incluyen los siguientes:

  • dolor óseo y/o articular, que a veces causa cojera
  • ganglios linfáticos hinchados en el cuello, la ingle u otras partes del cuerpo
  • falta de apetito y pérdida de peso
  • fiebre
  • dolor abdominal 

Puesto que los glóbulos blancos no pueden combatir las infecciones, los niños con leucemia son más proclives a contraer infecciones virales o bacterianas. 

A veces, la leucemia se puede extender, o hacer metástasis. Si se extiende y afecta al cerebro, sus síntomas pueden incluir dolores de cabeza, crisis convulsivas, problemas en el equilibrio o problemas en la vista. Si se extiende y afecta a los ganglios linfáticos del pecho, sus síntomas pueden incluir dificultad para respirar y dolor de pecho.

¿Cuál es la causa de la leucemia mielógena crónica?

La  leucemia mielógena crónica se debe a un problema relacionado con los cromosomas. Los cromosomas contienen unos fragmentos de ADN llamados genes. En la leucemia mielógena, un fragmento de un cromosoma se desprende y se une un fragmento de otro cromosoma. Esto forma un gen mutado (modificado) llamado BCR-ABL. Este es el gen que le indica al cuerpo que fabrique una cantidad excesiva de glóbulos blancos anormales. 

Los investigadores no están seguros de por qué ocurre esto. 

¿Cómo se diagnostica la leucemia mielógena crónica?

Debido a que los síntomas de esta enfermedad pueden tardar mucho tiempo en aparecer, los médicos la pueden detectar cuando un niño se somete a un análisis de sangre ordinario por otros motivos. Los médicos analizan si un niño tiene leucemia a través de pruebas especiales. Entre ellas, se incluyen las siguientes:

  • Análisis de sangre. Análisis como un hemograma completo, las pruebas de las funciones hepática y renal, y la bioquímica sanguínea pueden proporcionar información importante sobre la cantidad de células sanguíneas normales que contiene el cuerpo y lo bien que están funcionando sus órganos. Las formas y los tamaños de las células sanguíneas se analizan usando un microscopio. 
  • Técnicas de diagnóstico por la imagen. Estas técnicas incluyen la radiografía, la tomografía computada (o TC), la resonancia magnética (o RM) y la ecografía. Estas técnicas permiten ver si hay una masa de células leucémicas en el pecho que podría estar afectando a la respiración y/o la circulación sanguínea y también permiten descartar otras posibles causas de los síntomas del niño.
  • Aspiración y biopsia de médula ósea. Para someterse a esta prueba, al niño le dan un medicamento para que se  quede dormido y no note ningún tipo de dolor. El médico introduce una aguja en un hueso grande, generalmente el de la cadera, y extrae una pequeña cantidad de médula ósea. El laboratorio hace alguna de las siguientes pruebas con la muestra de médula ósea:
    • Pruebas de citometría de flujo. Los médicos analizan detenidamente las células cancerosas para determinar el tipo y el subtipo de leucemia de que se trata. Esto es importante porque el tratamiento varía entre los distintos tipos de leucemia.
    • Pruebas genéticas. Observando detenidamente la sangre o la médula ósea, los médicos pueden detectar cambios o alteraciones en los genes. Estos cambios ayudan a determinar el mejor tratamiento a seguir.
    • Histotipado o tipado de antígeno leucocitario humano (o tipado HLA, por sus siglas en inglés).Si un niño necesita un trasplante de células madre (a veces conocido como trasplante de médula ósea), esta prueba ayuda a encontrar a un donante de células madre que sea compatible. Supone comparar las proteínas de la superficie de las células sanguíneas del niño con las proteínas de las células de un posible donante. Cuantos más “marcadores HLA” compartan el niño y el donante, mayores serán las probabilidades de que el trasplante vaya bien. 
  • Punción lumbar. El médico usa una aguja gruesa para extraer una pequeña cantidad de líquido cefalorraquídeo (el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal). Se analiza este líquido en busca de células cancerosas.  Esto ayuda a los médicos a planificar el tratamiento.  

¿Cómo se trata la leucemia mielógena crónica?

El tratamiento de la leucemia mielógena crónica tiene en cuenta aspectos como:

  • la etapa o estadio de la enfermedad (si se encuentra en sus fases iniciales o tardías)
  • la cantidad de células cancerosas presentes en el cuerpo
  • la forma en que están funcionando el hígado, los riñones y el bazo 
  • la edad que tenga el niño y su estado de salud general

El tratamiento puede incluir:

  • Terapia dirigida. Los médicos utilizan medicamentos para detectar y atacar exclusivamente a las células cancerosas sin dañar a las células normales. Estos medicamentos, llamados “inhibidores de la tirosina quinasa”, matan selectivamente a las células cancerosas; este suele ser el primer tratamiento en pacientes que se encuentran en la fase inicial de esta enfermedad. 
  • La quimioterapia. cosiste en usar unos medicamentos especiales para matar a las células cancerosas. A veces, se utiliza más de un fármaco para atacar a las células cancerosas de diferentes maneras.
  • Raramente, trasplante de células madre (o trasplante de médula ósea). Implica matar a las células cancerosas, junto con células normales de la médula ósea y del sistema inmunitario, usando dosis elevadas de quimioterapia y, seguidamente, introducir en el cuerpo células madre sanas procedentes de un donante sano. Las nuevas células madre permiten reconstruir una reserva de sangre y un sistema inmunitario sano. 

La meta del tratamiento consiste en lograr la remisión del cáncer, que es cuando deja de haber células cancerosas en el cuerpo. En cuanto se produce la remisión, los médicos usan inhibidores de la tirosina quinasa para mantener al niño en remisión y para seguir matando células cancerosas. El equipo médico evalúa con regularidad lo bien que está funcionando el tratamiento mediante análisis de sangre y midiendo cuántos genes anormales quedan en la sangre del paciente. 

¿Qué más debería saber?

Tener un hijo a quien se le debe tratar un cáncer puede ser muy duro para cualquier familia. Pero usted no está solo. Para encontrar apoyo, hable con alguna persona del equipo médico que lleva a su hijo o con el trabajador social del hospital. Hay muchos recursos disponibles para ayudarlos a atravesar esta difícil situación. 

También puede encontrar información y apoyo por internet en: