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Reuniones entre padres y maestros: Consejos para los maestros

Hacer que las reuniones entre padres y maestros funcionen bien puede favorecer la participación de la familia en sus clases y ayudar a obtener unos resultados positivos, tanto para usted como para sus alumnos y su escuela.

Las reuniones entre padres y maestros son una gran oportunidad para:

  • compartir los avances y el crecimiento académicos de sus alumnos a partir de las observaciones que usted haga en clase, los resultados de los exámenes, las tareas escolares y las evaluaciones.
  • aprender de los padres o tutores sobre los puntos fuertes de sus alumnos, sus necesidades, sus comportamientos y sus estilos de aprendizaje
  • hablar sobre estrategias de enriquecimiento o de intervención para apoyar el aprendizaje de los alumnos
  • comentar las cuestiones que podrían estar interfiriendo en el aprendizaje y el crecimiento de sus alumnos

Lo básico

Las reuniones entre padres y maestros se suelen hacer una o dos veces al año. Son reuniones breves, de entre 10 y 30 minutos de duración. Se suelen programar con 1 o 2 meses de antelación. En algunos centros de secundaria y de bachillerato solo se hacen reuniones entre padres y maestros para hablar sobre los problemas que hayan surgido. La mayoría de las escuelas fijan fechas y horarios específicos para las reuniones, pero, si el horario es incompatible con el de la familia, merece la pena tratar de buscar un momento que les vaya bien a ambas partes o bien programar una reunión por teléfono o una videoconferencia. Sea sensible a las situaciones especiales, como las de los padres divorciados, las familias monoparentales y la tutoría legal. Los padres divorciados, por ejemplo, pueden preferir hacer reuniones por separado.

Aunque el principal foco de la reunión debería ser el aprendizaje, también es importante comentar otros factores que puedan afectar al aprendizaje, como el desarrollo social y el comportamiento de los alumnos. Otros temas que se tratan pueden incluir los resultados de exámenes estandarizados, los programas de educación individualizada (PEI, EIP por sus siglas en inglés), los planes de educación 504, las relaciones con los compañeros de clase, el comportamiento en clase, la motivación, los hábitos de trabajo, así como los puntos fuertes y los retos a los que se debe enfrentar cada alumno. 

El personal de apoyo de la escuela que trabaja con sus alumnos también puede asistir a la reunión. También puede asistir un miembro del equipo directivo del centro, sea a petición suya o de un padre o tutor del alumno. A algunos maestros les gusta que los alumnos asistan a una parte de la reunión para mostrarles que tanto sus padres como sus maestros forman parte del equipo educativo. 

Aquí tiene unos pocos consejos para sacar el máximo partido de la reunión

Antes de la reunión

Vaya bien informado. Asegúrese de estar bien familiarizado con los protocolos de su escuela o de su distrito escolar sobre los boletines de calificaciones o las notas y sobre cualquier otro instrumento de evaluación de los alumnos. Cuando vaya avanzando la reunión, las calificaciones del alumno pueden actuar como un trampolín sobre lo que vayan comentando y guiarle a lo largo de la reunión. Así mismo, disponga de los resultados locales o estatales de los exámenes estandarizados para compartirlos con los padres si fuera posible. Asegúrese de que sabe cómo se usa la información de los exámenes estandarizados para personalizar o diferenciar la instrucción de cada alumno. 

Prepárese bien el material. Prepararse bien el material antes de la reunión hará que se sienta más relajado cuando la familia se presente en la puerta de la clase. Mientras vaya enseñando a lo largo del curso escolar, tenga en mente qué evaluaciones compartirá en las reuniones con los padres o tutores de sus alumnos. Revise la información de cada alumno, los trabajos escolares y las evaluaciones que piensa compartir con sus padres, y anote qué le gustaría preguntar a los padres sobre sus hijos para favorecer su aprendizaje. 

Aparte de compartir con los padres las calificaciones de su hijo, tal vez se quiera preparar varias carpetas con varios documentos que avalen esas notas y esos avances, así como algún resultado de algún examen.

Tal vez quiera elaborar un guión o un listado de puntos a tratar en la reunión, y los quiera compartir con los padres antes de la reunión para que sepan qué esperar. Algunos maestros usan hojas de trabajo donde reflejan los puntos fuertes, las necesidades, el comportamiento y la sociabilidad de cada alumno para guiarlos a lo largo de la reunión.

Si tiene pensado comentar algún problema con los padres o tutores de un alumno, asegúrese de contar con documentación que lo avale, como ejemplos de mal comportamiento o tareas escolares no hechas. Así mismo, asegúrese de informar a los padres sobre cualquier problema antes de la reunión. Si un padre está informado sobre un problema antes de la reunión, habrá más probabilidades de que ambos estén más preparados para hablar sobre posibles soluciones durante la reunión. 

Envíe invitaciones informativas. Asegúrese de comunicar la importancia de asistir a este tipo de reuniones en la reunión grupal que se celebra al principio del curso escolar y en los foros de padres, y haga saber a los padres que ellos son una parte fundamental del equipo educativo de sus hijos. Cuando envíe la información a los padres sobre la fecha y la hora de la reunión, deles la opción de escoger entre varias posibilidades. En la invitación, recuerde a los padres que les pedirá que respondan a sus preguntas, porque las reuniones entre padres y maestros que son eficaces implican mantener una conversación bidireccional sobre los alumnos. También deberá recordar a los padres que sean respetuosos con el tiempo que corresponda a otros padres, y sea claro con que no se alargaría la reunión si llegaran tarde. 

Aproximadamente una semana antes de la reunión, envíe a los padres un recordatorio sobre dónde y cuándo se hará la reunión, junto con una guía sobre los puntos a tratar.  Si surgiera un conflicto y no fuera posible mantener una reunión presencial, trate de organizar una forma alternativa de reunirse, sea por teléfono o por videoconferencia. Si optan por el teléfono o la videoconferencia, envié copias de los materiales con tiempo de antelación para que los padres los puedan tener a mano durante la reunión. 

Durante la reunión

Cree un ambiente acogedor. Haga que su clase sea acogedora, mostrando los trabajos de los alumnos y creando un espacio adecuado, con sillas y mesas adecuadas para el tamaño de un adulto. Si los padres necesitan traer consigo a su hijo o a otros hermanos, tenga un área separada con rompecabezas, juegos, hojas para dibujar o computadoras para limitar las distracciones. Considere también la posibilidad de ofrecer tentempiés saludables o bebidas a la familia. Recuerde contar con papel y bolígrafos de sobras para que los padres puedan tomar notas. Tal vez también quiera tener a mano una caja de pañuelos de papel por si tuviera que dar una mala noticia a los padres. 

Empiece por las cosas positivas. Cuando empiece la conversación, recuerde a los padres que el objetivo de la reunión consiste en compartir información sobre el crecimiento y los avances académicos de su hijo, y sobre cómo interactúa en la escuela. Todos los padres están orgullosos de sus hijos y quieren oír hablar sobre sus puntos fuertes, así como sobre sus puntos débiles; por lo tanto, asegúrese de comentar ambas cosas, pero empiece siempre por lo positivo. 

Comente los avances y el crecimiento académicos del alumno. Informe a los padres sobre las competencias de su hijo y sobre sus calificaciones en las distintas áreas de contenidos, usando como ejemplos los trabajos escolares y los resultados en los exámenes. Muchos padres quieren saber cómo van sus hijos en comparación con sus compañeros de clase, pero recuérdeles que usted está comentado el nivel de aprendizaje de su hijo, no su posición dentro de la clase. De todos modos, usted también les puede informar sobre cuáles son las expectativas promedio para el curso que hace su hijo y cómo se encuentra su rendimiento en este contexto. 

Trate de limitar la conversación a los temas relacionados con el aprendizaje y cómo apoyar el aprendizaje de cada alumno.

Evite los tecnicismos. La educación primaria está cargada de jerga educativa y de acrónimos, pero una reunión entre padres y maestros no es un lugar para usar este tipo de lenguaje. Asegúrese de explicarles con claridad y usando palabras sencillas cualquier término, incluyendo los planes de estudio y las palabras de los boletines de calificaciones que no se suelan usar fuera del ámbito educativo.

Haga preguntas y sepa escuchar. Pida la opinión a padres o tutores sobre los puntos fuertes de los alumnos, sus necesidades, sus estilos de aprendizaje y sus sueños y esperanzas de cara al futuro. No se olvide de hacerles estas preguntas sencillas pero importantes: “¿A su hijo le gusta ir a la escuela?” y ¿Por qué? o ¿Por qué no? Sus respuestas le pueden dar una información que puede serle de gran ayuda para sus clases. 

Elabore un plan. Haga propuestas de actividades y estrategias para favorecer el aprendizaje del alumno en su casa. Pasen los últimos minutos de la reunión hablando sobre objetivos específicos relacionados con el alumno. Informe a los padres sobre los tipos de estrategias que usted usará, el tiempo durante el que las usará y cuándo se volverá a comunicar con ellos.

Sea sincero y resista a las críticas.  Es su responsabilidad dar a los padres una evaluación adecuada de los avances académicos del alumno. A veces, eso significa dar malas noticias. Endulzar los hechos haría fracasar el propósito de la reunión.

Además, es posible que usted vea a algunos de sus alumnos de una forma diferente a cómo los ven sus padres, y hay algunos padres que se pueden tomar la evaluación de sus hijos de una forma negativa y ponerse a la defensiva. Aunque usted debe estar abierto a las críticas constructivas, recuerde que es usted quien gestiona la reunión y que, si la conversación se caldea demasiado para que pueda ser eficaz, o se tuerce de otra forma, la deberá dar por finalizada y reconvocarla para otro momento. Si usted tiene motivos para esperar unas interacciones tan negativas en la próxima reunión, pida que asista a un miembro del equipo directivo del centro. 

De todos modos, si usted sospecha que un alumno podría tener un trastorno del aprendizaje, no necesita decírselo a sus padres o tutores explícitamente. Basta con que les diga que usted recomienda que hagan una evaluación pedagógica a su hijo para determinar cuál es su estilo de aprendizaje.

Después de la reunión

Seguimiento. Un leve agradecimiento puede hacer grandes cosas. Muchos padres tienen que faltar al trabajo o se ven obligados a contratar a una persona para que le cuide los niños, o sea que considere la posibilidad de agradecerles su participación en la reunión mediante una carta o un correo electrónico. También puede pedir a sus alumnos que escriban notas de agradecimiento a sus padres o tutores por asistir a este tipo de reuniones y, así, favorecer su proceso de aprendizaje. Cuando escriba a los padres o tutores de sus alumnos, recuérdeles que se pongan en contacto con usted si tienen preguntas o si hay algo que les preocupa sobre el aprendizaje de sus hijos. 

Asegúrese de contactar con los padres que no hayan acudido a una reunión previamente concertada, y ofrézcales maneras alternativas de comunicarse con ellos sobre el aprendizaje de su hijo.

Comuníquense con los padres con regularidad. Deje que los padres sepan cómo le está yendo a su hijo en la escuela con regularidad. Mantenga a las familias bien informadas sobre los proyectos de clase, las tareas escolares, los deberes, los logros de sus hijos y cualquier problema o preocupación que pueda surgir.

Incentive el proceso de instrucción. Ahora que sabe un poco más sobre sus alumnos, use esa información para tomar decisiones pedagógicas que ayudarán a sus alumnos a rendir y a crecer en la clase.