Important Construction Updates About Our Campus Transformation — Read More

Health Library

View in English

Asfixia por aspiración

¿Qué es la asfixia por aspiración?

Cuando un niño se está asfixiando, significa que un objeto, generalmente un alimento o un juguete, se ha quedado alojado en su tráquea (la vía respiratoria). Cuando esto ocurre, impide que el aire pase con normalidad hacia y desde los pulmones, por lo que el niño no puede respirar bien.

La tráquea suele estar protegida por un pequeño pliegue de tejido llamado epiglotis. La tráquea y el esófago comparten un orificio común en la parte posterior de la garganta. La epiglotis actúa como si fuera una tapa, cerrándose sobre la tráquea cada vez que la persona traga. Esto permite que los alimentos bajen por el esófago e impide que bajen por la tráquea.

Pero, de vez en cuando, la epiglotis no se cierra lo bastante deprisa y un objeto se puede colar hacia la tráquea. Esto es lo que ocurre cuando alguien dice que algo “se le ha ido por el otro lado”.

La mayoría de las veces, el alimento u objeto solo obstruye la tráquea parcialmente, se expulsa tosiendo, y la respiración vuelve a la normalidad rápidamente. Los niños que se atragantan, parece que están empezando a asfixiarse y tosen pero siguen siendo capaces de respirar y de hablar, se suelen recuperar sin ayuda. Puede ser molesto e incómodo y hasta les puede llegar a asustar, pero se suelen encontrar bien al cabo de pocos segundos.

¿La asfixia por aspiración es una emergencia médica?

Algunas veces, un objeto puede entrar en la tráquea y obstruir completamente el paso del aire. Si el paso del aire hacia y desde los pulmones queda obstruido y el cerebro deja de recibir oxígeno, el atragantamiento se convierte en un episodio de asfixia por aspiración, lo que puede ser una emergencia médica de riesgo vital.

Un niño que se atraganta puede estar asfixiándose y necesitar ayuda inmediata si:

  • no puede respirar
  • jadea o boquea, esforzándose por respirar
  • no puede hablar, llorar ni emitir sonidos
  • se pone azul
  • se sujeta la garganta y/o agita los brazos
  • parece estar aterrado
  • se vuelve flácido o pierde la conciencia

En estos casos, inicie inmediatamente las compresiones abdominales (también conocidos como “maniobra de Heimlich”), el procedimiento estándar de rescate en los casos de asfixia por aspiración, siempre que disponga de la formación necesaria para hacerlos.

¿Qué son las compresiones abdominales (la maniobra de Heimlich)?

Si usted tiene hijos, es importante que reciba formación sobre las técnicas de la reanimación cardiopulmonar (o RCP) y de las compresiones abdominales (o maniobra de Heimlich). Incluso aunque no tenga hijos, dominar estos procedimientos de primeros auxilios le permitirá prestar ayuda a cualquier persona que se esté asfixiando.

Cuando una persona hace las compresiones abdominales, un flujo forzado y repentino de aire sale hacia arriba por la tráquea y desde el diafragma, lo que hará que un objeto extraño alojado en el interior de la tráquea salga volando hasta llegar a la boca (o incluso al exterior).

Aunque la técnica es bastante sencilla, debe hacerse con precaución, sobre todo en los niños pequeños. Es más segura cuando la lleva a cabo una persona que se ha entrenado en esta técnica. Si se hace mal, la persona que se está asfixiando, sobre todo si se trata de un bebé o de un niño pequeño, podría salir lesionada. Hay una versión especial de la maniobra de Heimlich para bebés que está pensada para reducir el riesgo de provocar lesiones en unos cuerpos de tamaño tan reducido.

Las técnicas de la maniobra de Heimlich y de la RCP se suelen enseñar en cursos básicos de primeros auxilios, que ofrecen los centros de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA, por sus siglas en inglés), los hospitales y las delegaciones locales de la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) y de la Cruz Roja Americana.

¿Qué debería hacer frente a una asfixia por aspiración?

Llame al 911 en cualquier situación crítica de asfixia.

He aquí algunas de las posibles situaciones en las que usted se podría encontrar y algunos consejos sobre cómo abordarlas:

Si un niño se está asfixiando y tosiendo pero puede hablar y respirar:

  • Significa que la vía respiratoria no está completamente obstruida. Es mejor no hacer nada. Observe al niño atentamente y asegúrese de que se recupera por completo. El niño se encontrará bien después de un buen ataque de tos.
  • No intente sacarle el objeto de la garganta o de la boca ni le dé palmaditas en la espalda. Cualquiera de estas conductas podría empujar el objeto todavía más abajo en la vía respiratoria y empeorar la situación.
  • Acompañe al niño y mantenga la calma hasta que concluya el episodio.

Si un niño está consciente pero no puede respirar, hablar ni emitir sonidos o se está poniendo azul:

  • La situación requiere de las compresiones abdominales.
  • Llame al 911 o diga a alguien que esté cerca que llame de inmediato.
  • Inicie las compresiones abdominales si ha recibido la formación necesaria.
  • Si no ha recibido esta formación ni hay otra persona que sepa aplicar la maniobra de Heimlich, espere a que llegue la ayuda.

Si el niño que se estaba asfixiando está ahora inconsciente y ha dejado de respirar:

  • Grite para pedir ayuda y llame al 911, o diga a alguien que esté cerca que llame al 911 de inmediato.
  • Luego, aplique la RCP inmediatamente, si ha recibido la formación necesaria.
  • Si no ha recibido esta formación ni hay otra persona que sepa aplicar la RCP, espere a que llegue la ayuda.

¿Cuándo debería llamar al médico o acudir a un servicio de urgencias médicas?

Lleve a su hijo a un servicio de urgencias médicas después de cualquier episodio de asfixia importante.

Acuda también a un servicio de urgencias médicas si:

  • Su hijo tiene tos persistente, babea, tiene arcadas, jadea y/o tiene dificultades para respirar o tragar.
  • Su hijo se ha puesto azul, ha perdido el tono muscular o la conciencia durante un episodio de atragantamiento, incluso aunque luego le haya parecido que se recuperaba.
  • Cree que su hijo se ha tragado un objeto, como un juguete o una pila.

Si su hijo ha tenido un episodio en que parecía que se iba a asfixiar pero se ha recuperado por completo después de un ataque de tos, no habrá necesidad de que reciba atención médica inmediata, pero usted debería llamar a su médico.

¿Cómo prevenir la asfixia por aspiración?

Todos los niños se exponen al riesgo de asfixiarse después de atragantarse con algo, pero los que aún no han cumplido tres años son los más vulnerables. Los niños pequeños tienden a meterse cosas en la boca, tienen las vías respiratorias más estrechas, por lo que se obstruyen con mayor facilidad, y no tienen mucha experiencia en masticar; por eso, tienden a tragarse los alimentos enteros.

Para ayudar a proteger a los niños pequeños:

  • Evite los alimentos que supongan un riesgo de asfixia por aspiración (como los perritos calientes, las uvas, las zanahorias crudas, los frutos secos, las pasas, los caramelos duros o gomosos, las cucharadas llenas de mantequilla de cacahuete o de otras cremas, pastas o patés densos, los trozos grandes de carne o queso y las palomitas de maíz), que son de una forma y tamaño similares a los de las vías respiratorias de los niños pequeños.
  • A las horas de las comidas, asegúrese de servir a los niños de esta edad alimentos en trozos pequeños. Esto significa cortar las uvas a cuartos, cortar los perritos calientes y las salchichas a lo largo y en rodajitas (quitándoles la piel), y cocinar las verduras en vez de servirlas crudas. Enseñe a su hijo a sentarse en todas las comidas y tentempiés y a que no hable ni se ría mientras tenga comida en la boca.
  • Los juguetes y los objetos de uso doméstico también suponen un riesgo de asfixia por aspiración; preste atención a los globos desinflados, las monedas, las cuentas, las partes pequeñas de los juguetes y las pilas. Observe el piso de su casa para comprobar que no haya objetos que un niño que todavía está aprendiendo a andar o a gatear se podría llevar a la boca y aspirar.
  • Elija juguetes seguros y adecuados para la edad de su hijo. Siga siempre las recomendaciones del fabricante en lo relativo a la edad; algunos juguetes tienen partes pequeñas que pueden causar asfixia. Para saber si un juguete es demasiado pequeño, compruebe si pasa fácilmente por el interior del tubito de cartón que hay dentro del papel higiénico. Si pasa, es que es demasiado pequeño.

Ahora, tómese el tiempo que necesita para estar preparado. La RCP y los cursos de primeros auxilios son una obligación para padres y las personas que cuidan de los niños. Para encontrar uno de estos cursos próximos a su lugar de residencia, póngase en contacto con la delegación de la Cruz Roja Americana de su localidad, la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA, por sus siglas en inglés) o la Asociación Americana del Corazón, o bien infórmese en hospitales u otros servicios sanitarios de su localidad.