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Trastorno de la pared torácica: Pectus excavatum

¿Qué es el pectus excavatum? 

El pectus excavatum consiste en que las costillas y el esternón (hueso central del pecho) crecen hacia dentro, generando una deformación visible en el pecho. Esto da al pecho un aspecto ahuecado o cóncavo, lo que hace que a esta afección también se llame pecho en embudo o pecho hundido. A veces, las costillas inferiores sobresalen con respecto a las demás, como si fueran unos alerones.

¿Cuál es la causa del pectus excavatum?

Los médicos no saben exactamente cuál es la causa de esta afección. En algunos casos, se da por familias.

Los niños que la padecen también pueden presentar otra afección, como:

No está claro cómo estos trastornos se relacionan con el pectus excavatum.

¿Cuáles son los signos y los síntomas del pectus excavatum? 

Los casos leves pueden ser muy poco visibles. Pero los casos graves de pectus excavatum pueden crear un profundo socavón en el pecho que ejerce presión sobre los pulmones y el corazón, pudiendo causar: 

  • problemas para tolerar el ejercicio o la actividad física
  • cansancio
  • dolor pectoral
  • frecuencia cardíaca rápida o palpitaciones
  • tos, resuello u opresión de pecho

Esta afección empeora conforme el niño va creciendo, y afecta más a los niños que a las niñas. Cuando un niño ya ha acabado de crecer, su pecho no debería mejorar ni empeorar.

¿Cómo se diagnostica?

Los profesionales de la salud diagnostican el pectus excavatum a partir de una exploración física. De ser necesario, pueden solicitar pruebas como:

  • una tomografía computada (TC) y/o una resonancia magnética (RM) pectoral para determinar la gravedad y el grado de compresión del corazón y los pulmones
  • un ecocardiograma para evaluar la función cardíaca
  • pruebas de la función pulmonar para evaluar los pulmones
  • prueba de esfuerzo para evaluar la tolerancia al ejercicio físico

¿Cómo se trata el pectus excavatum?

La mayoría de los niños y adolescentes con pectus excavatum, a quienes no les preocupe su aspecto físico ni tengan problemas para respirar, no necesitan tratamiento alguno. 

En algunos casos, el pectus excavatum se puede tratar mediante cirugía. Hay dos tipos de operaciones posibles:

En el procedimiento de Ravitch, el cirujano extrae el cartílago y las costillas anormales, fractura el esternón y coloca un sistema de sostén dentro del pecho para sostenerlo en la posición adecuada. A medida que el esternón y las costillas se van curando, el pecho y las costillas permanecen en una posición plana y más normal. Esta operación se suele hacer en pacientes de 14 a 21 años de edad. 

El procedimiento de Nuss es una técnica menos agresiva. El cirujano introduce unas barras metálicas curvadas a través de unas incisiones de tamaño reducido para empujar el esternón y las costillas hacia delante, lo que ayuda a remodelar el pecho. Y se añade una barra estabilizadora para mantenerlos en su sitio. El pecho se remodela constantemente durante 3 años, y luego ambas barras se extraen quirúrgicamente. El procedimiento de Nuss se puede utilizar con pacientes de 8 años en adelante. 

Los médicos también pueden recomendar fisioterapia y ejercicios para fortalecer los músculos del pecho y mejorar la postura. 

Los casos leves de pectus excavatum en pacientes jóvenes se suelen poder tratar en casa con una campana de vacío. En este enfoque no quirúrgico la campana se coloca sobre el pecho. Se conecta a una bomba de aire que crea un vacío, lo que hace que el pecho se desplace hacia delante. Con el paso del tiempo, la pared torácica acabará permaneciendo orientada hacia adelante por sí sola. 

¿Qué más debería saber? 

Un pectus excavatum leve no requiere tratamiento alguno si no afecta a cómo funcionan los pulmones ni el corazón. Pero, cuando se trata de una afección claramente visible, puede afectar a la auto-imagen de la persona. El pectus excavatum grave puede hacer que a la persona le cueste hacer deporte o ejercicio físico y también le puede causar otros problemas de salud. En estos casos, el tratamiento puede mejorar el bienestar emocional y físico del niño. 

A la mayoría de los niños y adolescentes que se operan les va muy bien y están muy contentos con los resultados.